lunes, 22 de agosto de 2022

Culpa por omisión

La culpa por omisión

Desde el SPA os ofrecemos esta semana un breve recorrido por un concepto complejo en cuanto a su conceptualización e intervención psicoterapéutica: la “culpa por omisión”. Y es que ya en su propio nombre aparecen dos términos interesantes:

CULPA: Se trata de una emoción que, al igual que todas, no es “ni buena ni mala”. En su vertiente funcional, nos informa de un posible daño que hemos podido cometer y motivarnos a repararlo. Imaginémonos ante una mala contestación a un ser querido. Posiblemente después nos disculpemos con vistas a mantener o incluso fortalecer la relación. En su vertiente disfuncional, la culpa se puede “enquistar” sin darle salida y hacernos sentir mal ante posibles intentos infructuosos para “digerirla” o resolver la situación que la generó.

OMISIÓN: Hace referencia a cosas que “no han pasado”, actos que quizá hubiésemos necesitado tanto hacer como recibir, pero no se dieron. Arraiga en parte en el concepto conductista de “castigo por omisión”, que sería la retirada de un estímulo agradable ante una conducta no deseada. No habría, por tanto, elementos en ocasiones necesarios para el desarrollo o satisfacción de necesidades. Como ejemplo drástico, podemos pensar en un bebé a quien no se le aporta la alimentación necesaria para su crecimiento.

Ahora enlacemos los dos conceptos. ¿Qué motivación podemos tener ante algún sentido daño cometido por no haber hecho “lo que debía hacer”? El rango de posibles situaciones es infinito, desde pequeños conflictos que quedan sin resolverse hasta sentir no haber realizado acciones para evitar una muerte. En el primer caso, es frecuente tener la sensación de inquietud por pensar en “tenía que haber dicho…” o “no me tenía que haber callado”, por ejemplo. Estos patrones, si son mantenidos en el tiempo, pueden generarnos dificultades ante posibles nuevos patrones evitativos cada vez más amplios. En el segundo caso, las cosas pueden complicarse bastante más. Situaciones de pérdidas de personas importantes por diversos motivos (muerte natural, enfermedad, suicidio, accidente…) pueden llevarnos a “fantasear” sobre cómo podríamos haberlas evitado. Es aquí donde aparece la culpa que nos motivaría a reparar la situación y a su vez la omisión, pues hiciésemos lo que hiciésemos en el pasado, el resultado fue una pérdida y no seguir teniendo cerca a la persona querida. El problema es que… ¿Cuántas posibles cosas “no hicimos” y a posteriori pensamos habrían funcionado para no haber sentido el daño de la pérdida tanto hacia uno mismo como hacia otros?

La muerte no tiene solución, no podemos volver al pasado ni menos resetearlo, pero sí podemos relacionarnos con la pérdida de maneras más funcionales. Una de ellas, y respecto a la culpa por omisión, es pensar que NUNCA vamos a conseguir estar mejor si continuamos buscando en lo que “no hicimos”, pues ese conjunto de acciones es INFINITO. Siempre aparecerá en nuestra mente algo que pudimos haber hecho, y lo único que alimentará será la sensación de culpa disfuncional creciente al no encontrar una respuesta definitiva que calme la culpa. A modo de metáfora, sería como ir al mar, coger una gota de agua y analizarla para ver si es la que buscamos. Cada gota sería un acto alternativo al realizado que además valoraremos como plausible y esperanzador, denigrando cada vez más nuestro cometido y responsabilidad en los acontecimientos. Ni que decir tiene que nunca acabaremos con nuestras incursiones (cada vez más “patológicas”) al mar.

Creemos es importante dar a conocer este tipo de conceptos pues, de darse, pueden generar malestar frecuentemente intenso y continuado. En muchas ocasiones se relacionaría con duelos no resueltos y acontecimientos traumáticos, en que sería importante intervenir terapéuticamente. Es fundamental que, si te sientes así o conoces a alguien a quien le esté ocurriendo, se promueva un acceso a la intervención, amable y libre de prejuicios o estigmas. La mejoría en salud mental y general puede ser importante y herramientas psicoterapéuticas existen. Entre ellas, Terapia de Aceptación y Compromiso, EMDR, TCC, Autocompasión o Intervención en Duelo.

Empatía

"La Capacidad Transformadora: Explorando el Poder de la Empatía"      La empatía, esa cualidad humana que nos permite ponernos en ...