jueves, 22 de septiembre de 2022

Trata de personas

Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños

El concepto “trata de personas” es entendido como “la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, mediante el uso de la fuerza, amenazas u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. La explotación incluye como mínimo, la derivada de la prostitución y de otras formas de explotación sexual incluida la pornografía, trabajos o servicios forzados, la esclavitud o prácticas similares a la esclavitud, la servidumbre o la mendicidad, las actividades delictivas y la extracción de órganos corporales”. Este negocio supone uno de los mayores crímenes contra los derechos humanos del siglo XXI.

En España se estima que la prostitución afecta a, al menos, 100.000 personas, siendo el tercer país del mundo según la ONU con mayor número de hombres que pagan por sexo. Estos datos demuestran que se trata de un problema estructural que debe ser intervenido.

Las personas víctimas de trata habitualmente son captadas en su país de origen por personas de su confianza (familiares o amigos) o por contactos que les prometen un puesto de trabajo. Para garantizar su llegada al país destino, se alecciona a las víctimas sobre cómo deben actuar en los controles internacionales, qué decir respecto a su migración etc. En la mayor parte de los casos, al llegar a su destino son informadas de que han contraído una deuda de miles de euros en concepto de trámites administrativos y transporte para su migración. Mediante la coacción, la fuerza y amenaza, frecuentemente relacionadas con seres queridos que han dejado atrás en su país, son obligadas a entrar en el mercado de la explotación sexual. Sin recursos económicos, sin conocer el idioma, sin personas de referencia, aisladas de sus seres queridos y de las autoridades y con constantes cambios geográficos para garantizar su silencio, las víctimas de trata se encuentran desamparadas y temerosas por su vida.

Cuando las supervivientes reciben atención psicológica suelen reconocerse afecciones en su salud física tales como: desnutrición, consumo de sustancias, moratones, cortes, señales de violación, infecciones de transmisión sexual etc. A nivel psicológico se suelen encontrar deprimidas, con dificultades en el sueño, conductas ansiosas, sentimientos de culpa y vergüenza, baja autoestima, ideación autolítica, anhedonia, apatía etc. Además, como forma defensiva ante la situación altamente estresante experimentada, suele ser complicado que sean conscientes de su situación y quieran recibir ayuda. Es por ello que la toma de contacto, la acogida y el establecimiento de un clima de confianza debe ser un objetivo terapéutico prioritario antes de comenzar con cualquier evaluación o intervención por parte de los profesionales, especialmente teniendo en cuenta que sus captores habrán generado en ellas una extrema desconfianza hacia los profesionales del sistema, de quienes esperan que formen parte de la red de trata y puedan ser informantes para los proxenetas y, que el proceso judicial posterior suele conllevar re-victimización.

Ante las dimensiones de esta problemática se deduce la necesidad de conocer de forma colectiva los servicios que existen y están especializados y dirigidos a este tipo de víctimas, donde está asegurado un acompañamiento psicológico por profesionales expertos. Ejemplos de ello son: APRAM (Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida, con asistencia 24 horas), Acción Contra la Trata, Asociación Esperanza, Accem, Policía Nacional, etc.

martes, 20 de septiembre de 2022

Expectativas de la terapia

EXPECTATIVAS SOBRE LA TERAPIA

¿Qué esperar cuando acudes a terapia psicológica?

Dar el paso para comenzar el proceso de acudir a terapia puede ser uno de los pasos más costosos. Se ha estimado que la media de tiempo que las personas tardan en pedir ayuda desde que comienzan las dificultades psicológicas es aproximadamente de nueve años, lo que demuestra que para muchas personas es un paso difícil de dar. Cuando se ha comenzado un proceso psicológico automáticamente generamos expectativas sobre ello, al igual que lo hacemos en otros ámbitos de nuestra vida. En el blog de hoy, queremos hablar sobre las expectativas más comunes que se producen cuando se inicia un proceso terapéutico y qué cambios son buenos que se produzcan mientras pasamos por este proceso.

Una de las grandes demandas en terapia es la gestión emocional, esto genera la expectativa de querer controlar todas las emociones sentidas y no volver a sentir aquello que nos desagrada. La tendencia humana será la de querer controlar y desechar aquello que no nos gusta, pero cada las una emociones tiene una función y un sentido por lo que intentar tener un control sobre ellas será un imposible, a través de la terapia se aprende a identificar y gestionar las emociones intentando no apartarlas, pero a veces seguirás intentando huir de ellas o sin reconocer que estás sintiendo, el objetivo será distinto ya que a lo largo de un proceso también te sentirás confundido y permitiendo el malestar. 

En este sentido la necesidad de control llevará a crear expectativas alrededor del control de la ansiedad al 100%, por lo tanto, no volver a sentirla. Al ser este uno de los estados de ánimo más desagradables esperamos poder tener el control al completo de ello, pero la ansiedad es una de las muestras que mejor nos avisan cuando aparecen en nuestra vida situaciones complicadas o amenazantes, y hacer que estas situaciones desaparezcan tampoco va a estar en nuestra mano por lo que la ansiedad durante el proceso de la terapia deja de ser vista como una enemiga sino como indicadora de esas situaciones que nos ponen alerta. Se comienza a ver como la señal que nos dice que estamos sintiendo un malestar con el que podemos manejarnos y actuar de una manera diferente hasta ahora que seguramente dependía del control absoluto. La ansiedad no desparecerá de nuestras vidas y la seguiremos viendo a veces con esa amenaza. A través del proceso de terapia adquiriremos herramientas para gestionarla, aunque no siempre sean exitosas sabremos que podemos esforzarnos para cambiar.

En el proceso terapéutico también se trabaja el diálogo interno con uno mismo, es decir, el cambio sobre la forma en la que nos mandamos mensajes sobre lo que somos y lo que hacemos. Al principio podemos esperar que ya no vamos a evaluarnos de forma negativa y mantendremos una autoestima sana y estable. La realidad es que con el tiempo se aprende a mejorar la forma en la que se mandan estos mensajes internos, y también seguirán apareciendo las críticas internas y las amenazas, pero se le dará un lugar y espacio diferente, siendo capaces de no darles esa veracidad del pasado. 

Cuando aparezcan situaciones del pasado desagradables se repetirán fluctuaciones de nuestra autoestima, con el proceso de terapia se aprenderán herramientas para cuidarse en esos momentos de bajada. Esto no significa que el proceso de la terapia no sea efectivo sino que habrá situaciones que siguen afectando como las personas que somos.

Por tanto, el objetivo común de la psicoterapia no será encontrar la fórmula de la felicidad para cada uno, sino la adaptación de cada uno al entorno, con herramientas y estrategias para la adaptación de cada persona, también de la aceptación del malestar, la incertidumbre o simplemente el reconocimiento de ello para comprendernos y cuidarnos.

Esperamos que estas ideas te sirvan de ayuda para reconocer cómo puede transformar a las personas un proceso terapéutico, sin desanimar a que las expectativas del principio no sean el resultado final. La terapia es la ayuda psicológica para el aprendizaje emocional y la mejora del bienestar, como bien saben los que han estado en terapia, pero es un proceso continuo de aprendizaje donde existe el error, porque somos personas que comenten errores, y que necesitamos de momentos diferentes para obtener el aprendizaje.

sábado, 10 de septiembre de 2022

Día mundial de la prevención del suicidio

PREVENCIÓN DEL SUICIDIO

Desde hace años se ha observado un incremento sucesivo de una problemática de salud general silenciada: el suicidio. Hoy, 10 de septiembre, día Mundial para la prevención del suicidio, desde el Servicio de Psicología Aplicada queremos unirnos a esta campaña, ya que el suicidio sí se puede prevenir.

Nos gustaría remarcar los siguientes datos de interés según la Organización Mundial de la salud (OMS):

- Cada año se suicidan cerca de 700.000 personas.

- Se trata de la principal causa de muerte no natural desde 2008.

- Cada día en España se suicidan 11 personas, existiendo alrededor de 200 tentativas no consumadas.

- El suicidio es la cuarta causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 19 años.

La estigmatización creada en torno al suicidio hace que este se haya convertido en una pandemia silenciosa. Hasta hoy, solo unos pocos países han incluido la prevención del suicidio entre sus prioridades. Sin embargo, instruirnos y educarnos como sociedad es una pieza clave en la prevención del suicidio.

Durante los últimos años, hemos sido testigos del impacto psicológico de la pandemia de la COVID-19 observándose un incremento significativo en las tentativas de suicidio que afecta en mayor medida a la población adolescente. Por ello, resulta necesario que aumentemos la sensibilidad de la sociedad y superaremos los tabús.

Generalmente, es posible observar una serie de comportamientos que actuarán como señales de alarma:

· Verbalizaciones o comentarios sobre la posibilidad de llevar a cabo el suicidio.

· Pensamientos frecuentes sobre este acto.

· Amenazas con cometer el suicidio.

· Preparativos relacionados con su desaparición (regalar objetos, redactar un testamento…).

· Pérdida de interés por actividades gratificantes o la apariencia física.

· Aislamiento social.

· Presencia de comportamientos autodestructivos (consumo excesivo de alcohol u otras sustancias, autolesiones, etc.).

· Cambios en los hábitos de alimentación y sueño.

· Preparación de un plan de acción para cometer el suicidio.

· Comentarios negativos sobre el futuro.

· Cambios bruscos de comportamiento.

· Mejora repentina en el estado de ánimo.

· Dificultades para concentrarse o pensar de forma clara.

Ante la visualización de este tipo de cambios es normal que te preguntes, ¿qué puedo hacer? En primer lugar, se debe conservar la calma, no reaccionar de manera exagerada y tratar de hablar con la persona fomentando la escucha activa y la eliminación del tabú sobre el propio suicidio mediante una comunicación abierta validando sus emociones. Es recomendable adoptar medidas de seguridad en función de la valoración del riesgo que exista. Mantente involucrado fomentando la búsqueda de ayuda por parte de la persona.

A su vez, no debemos banalizar cualquier amenaza evitando minimizar la situación, no temer a preguntar de manera directa y, evitar proporcionar soluciones simplistas que puedan fomentar los sentimientos de incapacidad o vergüenza de la persona.

Como hemos comentado resulta fundamental valorar el riesgo de suicidio y conocer los recursos de emergencia en tales situaciones, por ello, nos gustaría recordaros el teléfono de los Servicios de Emergencias 112 en caso de encontrarte en una situación de riesgo, así como el teléfono de la esperanza (+34 717 003 717) desde donde prestan atención psicológica 24 horas. A su vez, debido al aumento de la prevalencia del suicidio durante los últimos años, el Ministerio de Sanidad ha abierto la línea telefónica 024 de atención a la conducta suicida. Se debe tener en cuenta que ninguno de estos recursos telefónicos pretende reemplazar ni ser alternativa a la consulta presencial, sin embargo, si tú o alguien de tu entorno se encuentra en una situación de riesgo, no dudes en ponerte en contacto.

Empatía

"La Capacidad Transformadora: Explorando el Poder de la Empatía"      La empatía, esa cualidad humana que nos permite ponernos en ...