jueves, 23 de febrero de 2023

Día de la Psicología

DÍA DE LA PSICOLOGÍA

    La psicología es una ciencia que ha ido dando grandes pasos para dar soluciones basadas en metodologías ampliamente estudiadas. Si bien la psicología estudia los procesos mentales y la conducta, también lo hace desde los diferentes enfoques. El alcance de esta ciencia abarca una amplia gama campos como el clínico, el social, el laboral, el educativo, etc., proponiendo en cada ámbito soluciones basadas en el desarrollo, equilibrio y bienestar de las personas.

    El año 1983 fue elegido Juan Huarte de San Juan como Patrón de la Psicología en España por los decanos de las Facultades de Psicología. Desde el Servicio de Psicología Aplicada, hoy 24 de febrero, queremos celebrar el día de la Psicología, fecha elegida con el objetivo de rememorar la publicación de la obra de San Juan Huarte de San Juan Examen de Ingenios para las Ciencias.

    En este día, no nos gustaría olvidarnos de la figura del psicólogo y la necesidad de su autocuidado. Como profesionales de la salud mental, nuestro objetivo es acompañar a otras personas en el desarrollo de sus proyectos vitales y apoyarles en la búsqueda de sus recursos y habilidades que les permitan alcanzar sus metas. Sin embargo, el escenario laboral al cual nos enfrentamos los profesionales de salud mental es complejo. En este sentido, cuidar de nuestra salud suma a nuestra calidad como profesionales, especialmente si entendemos el riesgo que entraña, en lo que a desgaste se refiere, el ejercicio de nuestra práctica profesional. Ahora bien, ¿cómo cuidarnos? A continuación, os ofrecemos algunas pautas principales de autocuidado:

- Evitar auto-responsabilizarse en exceso: debemos tener claras las posibilidades de cambio reales de quienes acuden a nuestra consulta, con el propósito de no responsabilizarnos en exceso de que la terapia no haya concluido de manera exitosa.

- Solicitar ayuda psicológica (en el caso de necesitarla): no debemos olvidar que el hecho de que nuestra profesión implique proporcionar a nuestros usuarios estrategias con las que solventar sus dificultades, no nos hace inmunes a encontrarnos con circunstancias que no somos capaces de gestionar; por lo que los psicólogos también precisamos acudir a terapia en alguna ocasión.

- Tomar descansos cortos durante la jornada laboral.

- Planificar momentos y espacios diarios en los que realizar actividades contrarias a la atención directa y preparación de casos: resulta conveniente que establezcamos un momento y espacio diarios en el que podamos implicarnos en actividades que nos resulten agradables. Es importante que dichas actividades no comprendan temáticas abordadas en nuestro ámbito de trabajo. Así pues, debemos evitar leer libros y revistas o ver películas relacionadas con nuestra disciplina.

- Mantener hábitos de vida saludables: cuidar nuestra alimentación, realizar actividad física regular, establecer hábitos de sueño saludables y prestar atención a nuestras dolencias físicas (por ejemplo, dolores de cabeza, de espalda, etc.).

- Evitar auto-exigirse en exceso: a menudo, consideramos que nuestra profesión nos exige mantener una capacidad de respuesta constante, así como dar respuesta a la totalidad de demandas que nuestros usuarios nos plantean. En este sentido, no debemos olvidar que no es nuestra obligación estar disponibles las 24 horas del día (para ello, podemos establecer una hora límite de respuesta a los correos electrónicos de nuestros usuarios y evitar facilitarles nuestro número de teléfono personal) y que habrá ocasiones en las que no podremos solucionar las dificultades que nos plantean.

Queremos conmemorar el día de la psicología, pero también a todos y cada uno de los y las profesionales que forman parte de ella, dando relevancia a la importancia que tiene su autocuidado y la influencia directa de este en su práctica profesional.

jueves, 16 de febrero de 2023

Perfeccionismo

PERFECCIONISMO

En general, el perfeccionismo es considerado un rasgo de personalidad constituido por un conjunto de creencias, comportamientos y emociones dirigidos a alcanzar la perfección en aquello que la persona se proponga.

Las personas estamos programadas para aspirar a más, alcanzar nuevos objetivos y realizar las actividades cada vez mejor. Así mismo, la sociedad actual también nos empuja hacia la perfección desde la búsqueda ávida del éxito. Dicho esto, cabría pensar que el hecho de ser perfeccionista puede ayudarnos a alcanzar nuestros objetivos y alcanzar el éxito con mayor facilidad, sin embargo, un exceso de perfeccionismo se ha relacionado con mayor predisposición a problemas psicológicos y deterioro funcional.

Esto no significa que el perfeccionismo como tal sea negativo, sino que, si consideramos este como un contínuo que va de menos a más perfeccionismo, el situarnos tanto en un polo como en otro puede conllevar consecuencias negativas para nosotros mismos.

Cuando el perfeccionismo está orientado a la evitación del fracaso y no a la búsqueda de la excelencia, cuando conlleva un alto grado de frustración y no satisfacción al alcanzar las metas, o cuando la persona se valora en función de los logros y no por sus cualidades, podríamos hablar de un “perfeccionismo negativo”.

Centrándonos en este último, algunas de las características de este rasgo son:

· Establecimiento de objetivos y expectativas desproporcionadas.

· Elevada autocrítica y autoexigencia en las tareas que hacen que difícilmente se consiga alcanzar las metas autoimpuestas.

· Necesidad de control de todo aquello que pueda acontecer, es decir, posibles amenazas que lleven al fracaso.

· Necesidad de orden y meticulosidad: realización de las tareas de forma exhaustiva para evitar errores o críticas, que exige gran cantidad de esfuerzo y tiempo.

· Rigidez en las rutinas o normas que dificulta la adaptación a posibles cambios.

· Necesidad de aprobación por parte de los demás y temor a las críticas (consideradas un signo de imperfección).

· Dificultades para delegar por miedo a que las tareas no se hagan “de forma correcta” y de lugar a errores.

· Procrastinación o evitación de ciertas tareas que suponen un reto por el temor a fracasar.

· Culpabilidad y ansiedad ante el descanso y el ocio, considerados una pérdida de tiempo.

· Irritabilidad, frustración, ansiedad y baja autoestima.

Como hemos visto, por sus características, un perfeccionismo extremo conlleva un patrón de afrontamiento desadaptativo que puede acarrear consecuencias negativas a nivel laboral y/o académico, interpersonal y psicológico.

Algunas consideraciones que es recomendable tener en cuenta si sospechamos que podemos estar siendo “excesivamente perfeccionistas” son:

-Tomar conciencia de las consecuencias negativas que conllevan estos comportamientos perfeccionistas: la frustración y ansiedad continua, las experiencias no disfrutadas o el deterioro laboral, interpersonal y personal.

-No podemos controlar todo: aceptar que los fracasos son parte de la vida, y son necesarios para aprender. Asumir cierto riesgo y exponerse al error nos ayuda a darnos cuenta de que estos “fracasos” no tienen la importancia que realmente le estamos dando.

-Valorarnos a nosotros mismos y a los demás por nuestras cualidades y capacidades, y no por los resultados o logros alcanzados.

-Aumentar la flexibilidad y la tolerancia al cambio: cambiar es necesario para adaptarnos a nuevas condiciones, inconvenientes etc.

-Equilibrar trabajo y/o estudio con otras áreas vitales: programar actividades de descanso y ocio que como único fin tengan el disfrute.

Esperamos que este post te haya sido de ayuda para comprender mejor las distintas caras del perfeccionismo. Si te identificas con algunos de estos rasgos y consideras que te están afectando significativamente en tu bienestar psicológico o funcionamiento no duces en contactar con el Servicio de Psicología Aplicada de Guadalajara.

jueves, 9 de febrero de 2023

Círculo de influencia

Círculo de influencia y de preocupación

El círculo de influencia y de preocupación, también conocido como círculo de control/no control, nos ayuda a tomar consciencia acerca de un aspecto que puede estar influyendo en nuestro bienestar emocional diario.

En ocasiones, tendemos a hacernos responsables de problemas o decisiones que no nos corresponden, nos vemos dedicando muchísimo tiempo y energía en influir en lo que los demás sienten, dicen u opinan o en cumplir con las expectativas de los demás. Son simplemente algunos ejemplos de aspectos que se suelen tratar de controlar, por lo que puede que te sientas identificado o quizá no. Sin embargo, si consideras que la necesidad control está condicionado tu vida, te animo a seguir leyendo.

El control, en sí mismo, es un elemento adaptativo y positivo que ha favorecido la supervivencia y el bienestar. Tener cierto control en nuestras vidas va a permitir que nos anticipemos a imprevistos o inconvenientes, para así poder prevenirlos. Por este motivo, el control da sensación de seguridad.

El problema viene cuando no diferenciamos sobre qué podemos influir y sobre qué no. O si lo sabemos, pero no llevamos a cabo comportamientos encaminados a soltar aquello que se escapa de nuestro control.

Así, el exceso de control genera ansiedad, frustración y, posiblemente, un gran gasto de energía, puesto que intentar controlarlo todo es imposible.

Ahora bien, ¿qué es eso del círculo de influencia y de preocupación? Si tienes papel y boli a mano cógelo y dibuja un círculo pequeño, ahora haz otro más grande por fuera del primero. El primer círculo correspondería al círculo de influencia – o control- y se incluyen todos aquellos elementos en los que sí podemos influir, como por ejemplo: lo que decimos, lo que hacemos, cómo tratamos a los demás, quiénes son las personas con las que me quiero relacionar o los límites que establezco en mis relaciones.

El círculo de mayor tamaño correspondería al círculo de preocupación, o de no control. El nombre y el tamaño no son casuales, dado que, por un lado, es totalmente esperable preocuparnos por circunstancias que, pese a escapar de nuestro control, están de alguna manera relacionadas con nuestra vida y nos afectan. Y, por otro lado, existen muchos más elementos de los que nos gustaría que se escapan de nuestro control. Hemos ido dando ciertas pistas acerca de qué podemos encontrar aquí; sin embargo, algunos ejemplos podrían ser: que alguien de nuestro entorno vaya a terapia, la relación de mis padres o ciertos imprevistos y cambios.

En este punto, te invito a que hagas un listado con las preocupaciones que suelen inundar tu cabeza y trates de posicionarlas en un círculo o en otro. De esta manera, si detectas que hay ciertas circunstancias que, pese a ser importantes, no puedes controlar y estás tratando de hacerlo puede ser recomendable empezar por un ejercicio de aceptación que permita ir soltando este control.

Desde el Servicio de Psicología Aplicada esperamos que os haya gustado este post y que os haya invitado a reflexionar.

Autocuidado

El autocuidado

Te has preguntado alguna vez ¿por qué es importante el autocuidado? Actualmente, hemos normalizado el hecho de vivir a unos ritmos frenéticos, conviviendo con altos niveles de estrés. Entendemos el estrés como aquel estado el cual deriva de un desencadenante obvio, que puede estar basado en hechos reales y afrontables, y que genera molestias que pueden perdurar hasta que la situación estresante termina. El estrés es funcional y puede ayudarnos a sobrevivir a las circunstancias del entorno.

Sin embargo, estos períodos de tiempo en los que el estrés es mayor en nuestro día a día, nos acaba influyendo a nivel tanto mental y emocional, como también a nivel físico. Por ello, es especialmente importante no olvidarnos cuidarnos, ya cuando llega ese punto nos cuesta identificar qué ha ocurrido, qué es lo que estamos necesitando y qué podemos hacer para atendernos.

Desde el Servicio de Psicología Aplicada, queremos dedicar nuestra entrada semanal a hablaros del autocuidado. Entendemos el autocuidado como aquellas acciones que velan por el bienestar de nuestra salud física y mental. Son tareas y hábitos que incluimos en nuestra rutina diaria y que nos ayudan a garantizar una mejor calidad de vida.

Entre los beneficios que reporta el autocuidado encontramos: el fortalecimiento de la autoestima, una mayor capacidad de adaptación y generación de respuestas alternativas para afrontar situaciones de estrés, una actitud más optimista, mayor productividad y rendimiento en las actividades y una mejor calidad de vida.

Te animamos a que puedas construir tu propia caja de herramientas de autocuidado, entre las cuales puedes incluir algunas de las siguientes recomendaciones.

· Tener espacios de disfrute personal.

· Cuidar tu diálogo interno.

· Utilizar técnicas de respiración.

· Introducir pausas en tu día a día: esto nos va a permitir liberar tensiones que se van acumulando y recargarte de energía.

· Dar paseos por la naturaleza.

· Hacer ejercicio de manera regular: cualquier forma de actividad física que favorezca el mantenimiento de la salud y bienestar del individuo.

· Dedicar tiempo a actividades agradables: es importante la realización de actividades voluntarias que resulten satisfactorias.

· Atender tu salud mental.

· Pedir ayuda y dejarte ayudar. Aunque sepas que puedes hacer cosas por ti mismo, es fundamental pedir ayuda cuando lo necesitamos.

· Incluir una buena higiene del sueño: Es importante respetar calidad y cantidad de horas necesarias para el organismo.

· Escribir un diario emocional: Implica prestar atención a cómo nos sentimos siendo este un paso fundamental para iniciar el autocuidado.

El autocuidado abarca muchos aspectos, y es una parte fundamental para tener una autoestima saludable y un autoconcepto positivo sobre nosotros mismos, significa detenerse, reconocer nuestras necesidades y hacer algo por nosotros mismos que nos beneficie. Iniciarse en la práctica del autocuidado requiere un ejercicio previo de escucha, por eso te animamos a detenerte, reconocer tus propias necesidades y ponerlo en marcha.

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"La Capacidad Transformadora: Explorando el Poder de la Empatía"      La empatía, esa cualidad humana que nos permite ponernos en ...