viernes, 25 de junio de 2021

Hacer cumplidos

¿CÓMO HACER UN BUEN CUMPLIDO?

En semanas anteriores, abordamos en nuestro blog las dificultades que pueden aparecer al aceptar un halago. Sin embargo, a la hora de ser nosotros quienes lo expresamos, podemos encontrarnos ante problemas similares, que nos hacen dudar de si transmitir o no ese cumplido al otro, optando la mayoría de las veces por no hacerlo y guardárnoslo para nosotros. A veces nos cuesta hacerlos porque damos por hecho que “las cosas son como deben ser”, y que es innecesario reconocer un trabajo bien hecho o una característica agradable de alguien, o que la otra persona “ya sabe lo que pensamos de ella”. Pero si comenzamos a explicitar este tipo de información, pronto podremos ver los beneficios tanto en la otra persona como en nuestra relación con ella. Así pues, ¿qué aspectos podemos tener en cuenta a la hora de hacer un cumplido?

Utiliza mensajes “yo”. Es decir, habla en primera persona, transmitiendo cómo te sientes y qué es lo que te agrada del otro: “Me gusta pasar tiempo contigo”, “me siento muy bien hablando contigo”, “me divierto a tu lado”.

Haz hincapié en aquello que te gusta para que se siga manteniendo. Al contrario de la a veces extendida creencia, las personas aprendemos mejor a través del refuerzo que del castigo. Si valoramos y prestamos atención a aquel comportamiento que nos gusta del otro, es más probable que este se repita en el futuro. Por ejemplo, “me gusta mucho cuando me ayudas en la cocina y compartimos ese momento juntos” en lugar de “nunca me ayudas en la cocina, debería darte vergüenza a tu edad”.

Evita hacer cumplidos sobre el físico, sobre todo, aquellos relacionados con la pérdida o ganancia de peso. Podemos desconocer qué es lo que hay detrás y nuestro bienintencionado halago puede perjudicar a quien lo recibe (ej. En personas con trastorno de la alimentación o dismorfia corporal). Hay muchos aspectos que pueden gustarnos de una persona, ¿por qué limitarnos a los más superficiales? Algunos cumplidos no relacionados con el físico son: “tengo ganas de verte”, “me encanta cómo eres” o “has hecho un gran trabajo, se nota que te has esforzado”.

Cuidado con los cumplidos ambivalentes: “Qué guapo estás, no pareces tú”, “anda, si al final vas a ser maja y todo”. A pesar de parecer o ser transmitidos como halagos, son mensajes de carácter pasivo-agresivos, pues detrás de ese aparente piropo, se esconde una crítica. El resultado más probable es que la persona se quede con el mensaje implícito (“habitualmente soy feo/borde”). Por ello, resulta más útil que los traduzcamos a aquello que queremos destacar de ella: “Esa camiseta te favorece mucho”, “creo que al principio me hice una idea equivocada de ti, me agrada haberte conocido un poco más y haber descubierto lo maja que eres”.

Dale prioridad a la autenticidad. Es decir, no hagas cumplidos de forma indiscriminada, sino cuando verdaderamente los sientas así. De lo contrario, puedes correr el riesgo de que pierdan su valor y credibilidad, disminuyendo su efecto en quien los recibe. Otro aspecto a tener en cuenta es el grado de intimidad que tenemos en la relación con la persona que lo recibe, pues en función de si es alguien poco conocido o una amistad más íntima, modularemos el contenido y la forma de nuestro cumplido.

La manera en la que hacemos y recibimos un cumplido forma parte del repertorio de habilidades sociales de una persona. Lo más beneficioso es que podamos abordar ambos aspectos desde la asertividad, valorando y respetando tanto nuestros derechos como los del otro. Si sientes que las dificultades que este tipo de situaciones te generan son excesivas e interfieren en tu día a día, podría ser útil que acudieras a un psicólogo profesional, para que te ayudara a desarrollar las herramientas necesarias. En el Servicio de Psicología Aplicada podemos ayudarte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Empatía

"La Capacidad Transformadora: Explorando el Poder de la Empatía"      La empatía, esa cualidad humana que nos permite ponernos en ...