martes, 1 de junio de 2021

Recibir críticas

Cómo encajar la crítica (sea constructiva o no)

La crítica siempre ha formado parte de la vida en sociedad, hacer críticas es una forma de establecer relaciones y fortalecer las que ya existían. Sin embargo, recibir la crítica de manera positiva ni es lo habitual, ni es sencillo. 
Normalmente respondemos a la defensiva, y en los casos más graves con la violencia. Esto sucede porque la crítica es una amenaza a nuestro ego, y por lo tanto nos tenemos que defender de ella. Estas defensas, aunque útiles, en términos de “supervivencia”, pueden ser un lastre a la hora de progresar en el entorno laboral o en nuestra relación de pareja, puesto que un conflicto resuelto de manera adecuada puede ser un impulsor para una mejor relación de cualquier tipo. Pero ¿cuándo estas estrategias son un lastre y cuándo no?, la respuesta está en el tipo de crítica que recibimos. 

Paso 1: Identifica el tipo de crítica

Por norma general a la hora de recibir una crítica debemos fijarnos en tres parámetros. El primero, “desde dónde se hace la crítica”, mientras que la crítica constructiva se hace desde el respeto al criticado, la crítica destructiva se realiza sin tener en cuenta al receptor. El segundo aspecto a tener en cuenta, “¿son concretas?”, cuando la crítica es constructiva el crítico señala con exactitud qué cosas, comportamientos o hechos le han molestado, mientras que, en la crítica destructiva, se señala la totalidad de la persona, su comportamiento global o su actitud general. El tercer elemento al que debemos prestar atención es “la actitud del crítico”, normalmente si la crítica es constructiva, existe un deseo genuino del crítico por resolver el conflicto, esto se traduce en que la persona pondrá de su parte para solucionar el problema, mientras que un crítico destructivo, dejará toda la responsabilidad del problema en la persona criticada.

Este proceso parece sencillo, pero debemos tener en cuenta cómo nos sentimos al recibir críticas. La sensación de amenaza, desconfianza, la tristeza o el enfado, pueden complicar la labor de desgranar la crítica del otro, puesto que nuestro sistema está centrado en protegernos y no en el análisis de la información que estamos recibiendo. Si este paso es complicado para ti, puedes tomarte un rato para calmarte, procesar la información que has recibido y elaborar una respuesta a la crítica con la que te sientas a gusto.

Una vez hayamos determinado de que tipo es la crítica que debemos afrontar toca tomar cartas en el asunto y mover ficha. En este punto, se abren dos caminos dependiendo del tipo de crítica que hayamos recibido.

Paso 2: Responde a la crítica constructiva

Lo más útil en este punto es recibir la crítica como una oportunidad de cambio y aprendizaje, desde este posicionamiento es más fácil de encajar, aunque es totalmente normal que podamos sentir desconfianza o enfado. Pese a ser constructiva, la crítica expresa la visión de una persona de lo que ha pasado, por lo que este momento es el más adecuado para exponer nuestro punto de vista y dar nuestra opinión sobre lo sucedido.
Esto es especialmente importante, puesto que encontrar una visión común del problema hará mucho más fácil encontrar una solución conjunta y el trabajo para resolver el conflicto; lo que implica aceptar la crítica de manera flexible, haciéndonos cargo de aquellas partes que consideremos ciertas.

Paso 2: Responde a la crítica destructiva

Cuando la crítica es destructiva mantener la calma puede ser más complicado, podemos sentirnos tentados de responder al crítico con la misma moneda, pero tenemos otras opciones. La pregunta asertiva, “¿hay algo más que te resulte molesto?”, con esta pregunta podemos obtener más información de nuestro interlocutor (lo que puede ayudar a clarificar el tipo de crítica) y desmontar su argumentación del crítico, si es una crítica destructiva. Otra opción en este punto es el banco de niebla, frases del tipo “ya, comprendo que a ti no te guste”, nos sirven para dar a entender que reconocemos y aceptamos la crítica recibida pero no estamos de acuerdo con ella. Se trata de una forma asertiva de mantener nuestro posicionamiento sin generar conflictos.

Como hemos dicho, la critica forma parte de vivir en contacto con los demás y entendida como una oportunidad de aprendizaje puede enriquecer mucho nuestras relaciones (si es constructiva). A pesar de esto, puede generar mucho malestar, pero es posible manejarla si atendemos a algunos puntos clave, como los que se han expuesto. Es importante recordar que estas sensaciones desagradables son normales y tienen una función, la de avisarnos de que algo no va bien, atender a estas sensaciones y permitir que se calmen es uno de los pasos importantes para responder de la manera más adecuada a las críticas que recibimos.

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