jueves, 18 de noviembre de 2021

Terapia infantil

Qué esperar de la terapia infantil: cuándo acudir, cómo funciona y algunos mitos.

El desarrollo de un ser humano es un proceso complejo en el que intervienen numerosos factores, desde los propios de la persona hasta los relacionados con el entorno en que se desarrolla. Esta compleja combinación, en ocasiones, produce situaciones que se pueden convertir en verdaderas dificultades si no se interviene a tiempo; por este motivo en algunos casos resulta necesario que los más pequeños acudan a consulta psicológica.

Puesto que este tipo de situaciones suele, lógicamente, alarmar mucho a madres y padres, a continuación, respondemos a algunas de las preguntas que se pueden plantear antes de acudir a consulta. Por supuesto, este texto se plantea a nivel orientativo, cada caso es diferente y serán los interesados quienes valorarán la conveniencia de acudir a consulta o no, además, el proceso aquí descrito es un reflejo del modo de trabajo del Servicio de Psicología Aplicada, que no tiene por qué coincidir con la forma de trabajar de otros profesionales.

¿Cuándo tendríamos que valorar acudir a consulta?

Ante la presencia de miedos, ansiedad, bajo estado de ánimo o problemas de conducta, padres y madres preocupados por la salud de sus hijos e hijas, pueden plantearse si es necesario o no acudir a consulta psicológica.

En aquellos casos en los que padres y madres se sienten desbordados al tratar de abarcar algunas problemáticas, consideran que existe cierto riesgo para el menor (por ejemplo, se araña o se golpea), sienten que no cuentan con las herramientas necesarias para poder manejar la situación o esta situación afecta a aspectos importantes para el desarrollo del pequeño, como el colegio o las relaciones con otros niños; parece recomendable plantear el acudir a consulta.

¿Qué podemos esperar de la terapia infantil y cómo funciona?

En este punto debemos tener en mente que cada profesional trabaja de un modo diferente; pese a esto, por norma general, se comenzará con una evaluación del menor y en la que se solicitará la colaboración de los padres.

Del mismo modo, se pedirá a los padres cierta implicación en el proceso de terapia, bien aplicando algunas sugerencias en casa o bien haciendo algunas modificaciones en la manera de gestionar la situación.

Con el menor se trabajará mediante el juego, el dibujo o dinámicas, los objetivos que se hayan planteado. De esta manera adaptamos al “lenguaje” del menor aspectos que para ellos pueden ser difíciles de entender.

Algunos mitos sobre la terapia infantil

El cambio solo depende de lo que el psicólogo hace en consulta con el pequeño”. 

Para que se produzcan cambios en un menor es necesario que se produzcan cambios en el entorno, y más concretamente en las figuras de cuidado principales, habitualmente, los padres.

Si llevas a tu hijo a consulta es que algo estás haciendo mal”. 

Esto es un falso. Como veíamos al principio, el desarrollo de un ser humano es un proceso complejo en el que intervienen muchos factores, además, acudir a consulta infantil es una muestra de preocupación y cuidado hacia el menor, es una muestra de interés por el bienestar del niño y de mejora como padres.

Los niños no se enteran de los problemas”.

Esta es una creencia muy habitual y es totalmente falsa, ya que los pequeños tienen una gran habilidad para captar los cambios y los estados emocionales de los adultos, que no sepan qué sucede exactamente, no quiere decir que no les afecte o que no sepan que algo va mal.

En conclusión, el proceso de terapia con menores suele despertar muchas dudas en los padres y madres, y está rodeado por muchos mitos que generan preocupación e incluso sentimiento de culpa. Sin embargo, solicitar ayuda de un profesional si el menor o los progenitores la requieren, es una muestra de preocupación por el bienestar de los más pequeños.

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