martes, 9 de noviembre de 2021

Aaron Beck

EL LEGADO DE BECK

Desde el Servicio de Psicología Aplicada de Guadalajara queremos homenajear a Aaron Beck, fallecido el pasado día 1 de noviembre a la edad de 100 años, dada la importancia para la historia de la psicología y por los aportes en la intervención en diversos trastornos desde su Terapia Cognitiva, hoy día conservada dada su eficacia y reformulada e integrada en otras nuevas terapias.

De formación médica, Beck se especializó en Psiquiatría bajo el paradigma psicoanalítico, al que intento evidenciar científicamente en algunas de sus proposiciones. Esta epistemología, quizá dada la época en que realizó sus primeros trabajos, estaba siendo reemplazada por otra de corte racional, donde era necesario localizar hechos objetivos y con “ajuste” a la realidad “lógica” que nos rodea. Beck terminó trabajando bajo esta nueva mecánica, aportando nuevos conceptos como “esquemas” o “creencias automáticas”, a priori más evidenciables y fáciles de medir y predecir. Buena cuenta de ello es la creación de instrumentos intencionadamente válidos y fiables para detectar objetivamente el riesgo de suicidio, ansiedad o depresión. Entre ellos, el más común, conocido y utilizado quizá sea el Beck Depression Inventory (BDI), donde se recogen los síntomas más evidenciables de depresión y se obtiene una única numeración baremada y con puntos de corte para la valoración de trastornos depresivos.

El paradigma racionalista mentado está orientado a la demostración científica de sus postulados por una parte y, por otra, al conocimiento que se le da al mundo en base a los conocimientos. En concreto, centrándose en operaciones mentales (esquemas o pensamientos, por  ejemplo) que dan sentido (interpretan) a lo que nos rodea (ambiente). Otros reconocidos psicólogos e investigadores como Skinner, Ellis o Bandura pertenecen a esta rama epistémica.

Beck consideraba una entidad única (organismo) con subsistemas interrelacionados entre sí: afectivo, comportamental, fisiológico y cognitivo. Este último sería quien regula los comportamientos poniendo en marcha o inhibiendo diversas respuestas a todos los subniveles. En 1967 Beck solo proponía un tipo general de “esquemas” en el subsistema cognitivo, que posteriormente pasaron a ser considerados más periféricos al tomar en consideración distintos niveles dentro del propio subsistema.

El sistema más completo que propuso consiste en varios subsistemas cognitivos: pensamientos nucleares, distorsiones y cogniciones automáticas. Imaginemos una situación en que una persona se dice a sí misma que “me da miedo interactuar con compañeros de clase” y “creo que no conecto”. Esto sería una cognición automática final, algo que aparece en nuestro día a día muy comúnmente y podemos dar por sentado. Estas pueden irse “acumulando” y hacernos sentir mal y no permitirnos desarrollarnos en algunos aspectos de nuestra vida, como en este ejemplo, interactuar y recibir apoyo social de los compañeros de clase. 

A un nivel intermedio podrían estar apareciendo las distorsiones, que serían errores lógicos de pensamiento. Se han consensuado una serie de estos errores, como los deberías, catastrofismo o pensamiento mágico. En el ejemplo, podría estar apareciendo “deberías ser más amable” o “me rechazarán si cometo algún error”. El núcleo, gestado a lo largo del devenir de la vida, sería coherente que fuese “no soy válido”, algo que conectaría la mayor parte de sus esquemas y, por tanto, posible disfuncionalidad en el abordaje de muchos aspectos vitales.

Cada trastorno mental tendría para Beck unas disposiciones típicas. La más evidenciada sería la Tríada Cognitiva referida a la depresión, donde los esquemas sobre el mundo, el futuro y uno mismo serían disfuncionales. Aun así, en 1976 expone que cada uno tendríamos un sistema de reglas característico que opera de manera idiosincrásica, siendo en muchas ocasiones, automáticas. Será más adelante, en 1987, cuando adquiere un modelo de diátesis-estrés, en el que se recoge cómo se afrontan las situaciones ante sucesos y cómo el organismo trabaja para volver a un estado de equilibrio previo.

La Terapia Cognitiva emplea en base dos técnicas muy concretas: empirismo colaborativo (establecer metas conjuntas, búsqueda de evidencia en las situaciones que trae el paciente) y el uso del método socrático (contrastación de creencias más realistas). Y es que establece que la realidad (al contrario que otras terapias más actuales, como las de Tercera Generación) es de alguna manera, única y existen patrones lógicos que se ajustan a ella más que otros. Discutir estos patrones será, por tanto, una técnica fundamental.

Muy recientemente, en 2005, se produjo un encuentro entre Beck y el Dalai Lama, donde discutieron las semejanzas entre la Terapia Cognitiva y la meditación, mostrándose así el interés del propio Beck en el desarrollo de la terapia y su integración en otras como la Terapia de Aceptación y Compromiso (Tercera Generación).

La Terapia Cognitiva es de primera línea de intervención en trastornos depresivos, de ansiedad o de personalidad, observando la importancia que sostiene en la actualidad en la intervención psicoterapéutica.

Como se observa, Beck fue precursor y, hasta sus últimos momentos, una figura muy importante en el campo de la investigación y psicología aplicada. Desde el SPA os animamos a profundizar en su extensa obra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Empatía

"La Capacidad Transformadora: Explorando el Poder de la Empatía"      La empatía, esa cualidad humana que nos permite ponernos en ...