AUTOCONCEPTO Y AUTOESTIMA
El autoconcepto y la autoestima son términos con los que nos referimos a la forma en que construimos una idea de nosotros mismos y el modo en que nos valoramos. Ambos tienen una estrecha relación entre sí, pero es importante distinguir el uno del otro:
Llamamos autoconcepto al conjunto de descripciones, ideas o percepciones acerca de cómo somos, nuestras capacidades, atributos, etc. Por lo tanto, el autoconcepto constituiría el componente cognitivo, más racional, objetivo y lógico, sin juicios de valor.
La autoestima por otro lado, se refiere a la valoración afectiva que realizamos sobre nuestro autoconcepto, es decir, la medida en que valoramos positiva o negativamente cómo creemos que somos, si nos agradamos o no. Constituye el componente emocional, es más irracional y subjetivo, y supone la forma en la que nos juzgamos.
Confundir estos conceptos puede conllevar algunos riesgos. Por ejemplo, creer que describirse a uno mismo de cierta forma (con sobrepeso, baja estatura, moreno…) implica que irremediablemente esa descripción de la identidad personal es percibida como algo negativo o positivo, sólo porque culturalmente hay cualidades mejor valoradas que otras.
La forma en que nos sentimos con nosotros mismos afecta a múltiples aspectos de nuestra vida: familiar, sentimental, laboral, académica, etc. Por lo que cuanto más saludable sea la forma de percibirnos y valorarnos a nosotros mismos, mejor podremos enfrentarnos al mundo.
La autoestima y el autoconcepto no son aspectos heredables ni innatos, sino que desde la infancia se aprenden y modifican a lo largo de las experiencias con nuestro entorno más cercano. La exposición constante a situaciones donde se reciben comentarios desagradables o castigos en relación a nuestro comportamiento o actitud puede influir en el autoconcepto y la autoestima. Algunas de las consecuencias de vivir este tipo de experiencias son la inseguridad sobre uno mismo, la necesidad de aprobación por parte de los demás, ocultar necesidades o sentimientos, no negarse ante peticiones indeseadas por miedo al rechazo, experimentar pensamientos como “no valgo”, “no soy suficiente”…
Por el contrario, un autoconcepto y autoestima saludable conllevan una percepción más positiva de la vida, mayor sensación de autoeficacia, mejor capacidad de afrontamiento y superación de las dificultades personales, mayor autonomía personal y capacidad de establecer relaciones sociales más igualitarias y satisfactorias, entre otros.
¿Cómo podemos fortalecer estos aspectos? A continuación, os dejamos algunas recomendaciones:
1. Conocer los derechos que tenemos como personas y que en ocasiones puede costar aceptar. Algunos de ellos son:
· Ser tratado con respeto.
· Tener y expresar los propios sentimientos y opiniones.
· Cometer errores y aprender de ellos.
· Hacer peticiones o negarse a estas sin sentir culpa.
· Ser escuchado y tomado en serio.
· Tener control sobre el propio cuerpo.
· Poder disfrutar y sentir placer.
· Descansar y estar sólo/a cuando se necesite.
2. Aprender a valorarse: observar las cualidades positivas que hay en cada uno, tener en cuenta aquellas cosas que los demás aprecian de uno mismo, pararse y observar aquellas acciones de las que sentirse orgulloso en el día a día y de las que muchas veces no se es consciente o se pasan por alto, es decir, reevaluar tus capacidades y potencialidades.
3. Aceptarse tal y cómo se es, con virtudes y defectos. Implica no castigarse con autocrítica desproporcionada cuando se comete un error. Los errores forman parte de la vida, nos permiten aprender y avanzar.
4. Recompensarse: repasar las actividades que son gratificantes para uno mismo y planificar a lo largo del día algunas de ellas, tratarse con cariño y respeto, permitirse disfrutar, regarse tiempo a uno mismo… en definitiva, cuidarse es una de las mejores formas para fortalecer la autoestima.
Como hemos visto, nuestro autoconcepto y autoestima van a influir en nuestro bienestar y en cómo nos enfrentamos nuestro día a día. Sin embargo, es frecuente experimentar algunas dificultades en ciertos momentos por lo que te animamos a probar algunas de estas recomendaciones para empezar a mirarte con unos ojos más amables y realistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario