Mitos y leyes emocionales

Mitos y leyes emocionales

Las emociones son estados afectivos que experimentamos constantemente a lo largo de nuestros días, estas aparecen porque tratan de enviarnos un mensaje, es decir, tienen una función adaptativa. En los últimos años parecen haber cobrado importancia en el imaginario social en referencia a la salud mental, sin embargo, existen numerosas creencias erróneas acerca de ellas, su gestión, la función que tienen y su validez.

Por ello, a continuación, recogemos varios mitos frecuentes sobre las emociones:

-Las emociones se clasifican como buenas o malas: En realidad las emociones podrían categorizarse como agradables o desagradables puesto que todas tratan de informarnos sobre lo que necesitamos, por ejemplo, la ira nos movilizaría a no dejar que nos hagan daño.

-Las emociones desagradables son insanas y hay trabajar para que desaparezcan: Todas las emociones son necesarias, es su frecuencia, duración, forma o intensidad la que puede estar desajustada y necesitar de un cambio en su gestión.

-La tristeza es peligrosa, por eso hay que animar a los otros: La tristeza nos empuja a pedir ayuda y a la hipoactivación en ocasiones, al sentir por ejemplo el dolor de una pérdida. Para una adecuada gestión es necesario identificarla y conectar con esa emoción, si tratamos de evitarla a toda costa, esto generará otros desajustes emocionales o cognitivos.

-Ser feliz consiste en sentir muy frecuentemente emociones agradables: La felicidad es un estado subjetivo que no sería alcanzable de forma adaptativa sin la presencia de emociones desagradables que nos ayuden a conectar con nosotros mismos y con los otros.

Por el contrario, existen “leyes emocionales” que nos explicaría de forma más adecuada y veraz el funcionamiento de las emociones:

-Ley de los vasos comunicantes emocionales: Si se intenta ocultar o bloquear alguno de los componentes, los otros componentes multiplican su intensidad.

-Ley de la infusión emocional: Un estado emocional activo durante cierto tiempo comienza a sesgar todos los pensamientos, interpretaciones y recuerdos en esa dirección.

-Ley de las emociones secundarias: Las emociones secundarias aparecen en reacción a las emociones que tenemos en un primer momento. En muchos casos, son consecuencia de nuestro rechazo a sentir determinadas emociones.

-Ley de la imperfección emocional: Las emociones son avisos por definición, no pretenden ser siempre válidos. Antes de asumir un mensaje emocional, hay que evaluar si el mensaje es un aviso útil o una falsa alarma.

-Ley de la universalidad emocional: Todos sentimos las mismas emociones, todos sentimos todas las emociones. La diferencia entre unas personas y otras no está en el qué, sino en el cómo. Los más hábiles sienten también vergüenza, ofensa, inseguridad...etc. pero lo manejan con rapidez y fluidez y eso les permite poder actuar con menor interferencia y ser más eficaces.