martes, 24 de marzo de 2020

Estilos educativos

Educando con conciencia

Con motivo de celebración el pasado 19 de marzo del día del padre, queremos destacar el importante papel que ocupan los padres en la crianza y educación de sus hijos e hijas, ya que los estilos educativos que utilizan pueden tener distintas consecuencias psicosociales y esto se correlaciona con la forma en la que sus hijos se relacionan con los demás.
         Los estilos educativos son pautas de comportamiento y actitudes que mantiene los padres educandos a sus hijos, y son dados fundamentalmente por dos factores:

·        El control = que es un sistema de normas que se establecen en las familias mediante cuales las expectativas son claras y las consecuencias previsibles. Las consecuencias pueden ser positivas si el niño cumple las expectativas (reforzamiento positivo) o negativas si el menor se desvía de la norma (reforzamiento negativo o castigo).

·        El afecto = entendiéndose como la expresión emocional que se da en la relación padres/hijo y mediante cual el padre responde a las necesidades del hijo, le ofrece apoyo, mimos y abrazos y le asegura el cariño.   
          Según los estudios realizados por Diana Baumrind en los años 1971-1978, la forma habitual de responder a las necesidades y exigencias de los hijos pueden dar lugar a cuatro estilos educativos distintos:
 
v  Estilo autoritario – “aquí mando yo” – este estilo se hace notar cuando los padres valoran mucho la disciplina y la obediencia, y dejan poco espacio a las muestras de afecto. Los padres suelen limitar la autonomía, las respuestas genuinas y las iniciativas del hijo. Consecuencias: Los niños que provienen de hogares autoritarios tienden a ser más conflictivos, irascibles, desconfiados, descontentos y con baja autoestima. Aunque suelen interiorizar las normas sociales, las competencias sociales suelen ser bajas y utilizan estrategias poco adecuadas para afrontar los conflictos interpersonales.

v  Estilo negligente –“no molestes” – se da cuando los padres limitan el tiempo dedicado a las actividades parentales; cuando tanto el control como la atención a las necesidades del hijo están limitados. Este estilo educativo suele tener como consecuencias: problemas de comportamiento y agresividad, pobres habilidades sociales, problemas de ansiedad y depresión, autoestima baja y falta de empatía.

v  Estilo permisivo – “quiero ser tu amigo”- se caracteriza por alta afectividad y respuesta inmediata a las necesidades del menor, a la vez que las exigencias son bajas y hay pocos límites o son difusos. Los padres evitan imponer reglas y toleran un gran número de conductas. Como consecuencias: estos niños no suelen interiorizar las normas sociales, tienen problemas de control de impulsos y tienen baja tolerancia a la frustración. También presentan problemas de autorregulación emocional y suelen tener dificultades académicas, aunque también suelen tener la autoestima y la autoconfianza elevadas.

v  Estilo democrático –qué necesitas” – se da cuando los padres son muy atentos a las necesidades de sus hijos, les ofrece mucho cariño, pero también los límites son claros y las exigencias adaptadas a las capacidades madurativas del hijo. Son padres que demuestran respeto hacia sus hijos, les ofrecen apoyo y estimulan su autonomía. Consecuencias: los niños suelen ser enérgicos, competentes y maduros, empáticos y altruistas con autoconfianza y autoestima elevada.

 El trabajo en consulta, cuando existen problemas, se dirige a favorecer una adecuada combinación del control y el afecto, teniendo en cuenta las características individuales de las personas involucradas en terapia.

 

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