miércoles, 3 de junio de 2020

Aislamiento y abuso de las TIC´s

Aislamiento social: un riesgo mayor para el consumo abusivo de las TIC

Sin duda el mayor impacto de las restricciones sociales, con acceso reducido a las fuentes de apoyo social y el estrés provocado por la pandemia, se ha dado sobre la infancia y la adolescencia. La necesidad de adaptación a la nueva situación de emergencia nacional provocada por el COVID-19 ha exigido adoptar medidas nuevas y un esfuerzo mayor para poder compaginar el cambio y preocupación por el trabajo de los cuidadores con la adopción de medidas efectivas de cuidado y apoyo familiar, y cuales a su vez incrementaron probablemente el estrés familiar. Los altos niveles de estrés familiar pueden conducir a la elección de estrategias de afrontamiento poco saludables como, por ejemplo, desarrollando mayor tolerancia ante el uso abusivo de las tecnologías en los menores. El aislamiento domiciliario se ha resentido aún más en los menores en edad de riesgo y en ambientes poco estimulantes.

La falta de contacto en los principales ámbitos de socialización (colegios, campamentos, ocio) ha dado lugar a un incremento de consumo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y con ello un incremento en las tasas de consumo abusivo de juego online, pornografía (estadística publicada en Pornhub) y violencia familiar. El abuso de las TIC tiene consecuencias psicológicas, como:
  • Preocupación constante por el consumo informático.
  • Faltas en las actividades cotidianas y perdida de interés.
  • Pérdida del control de la conducta.
  • Malestar, estados disfóricos, reducción del disfrute.
  • Aumento del tiempo transcurrido con los dispositivos electrónicos para conseguir un mayor grado de satisfacción.
  • Inquietud o irritabilidad cuando se interrumpe o se bloquea el uso.
  • Minimización del problema, etc.

Para paliar y/o prevenir el uso abusivo, el Ministerio de Consumo del Gobierno prohibió el 31 de marzo de 2020 los anuncios de juego online mediante el Real Decreto-ley 11/2020 de medidas urgentes complementarias en el ámbito social y económico, incluyendo medidas de prevención al respecto. Igualmente, se hace muy necesario tomar medidas de prevención del abuso mediante acciones familiares orientadas a potenciar las competencias familiares mediante:
  • Construcción de competencias: tareas y trabajos adaptados a las capacidades del menor, compartir ocio, nuevos aprendizajes, desarrollo de la creatividad, aumentar la estimulación ambiental.
  • Mecanismos de afrontamiento positivos: responder a las necesidades del menor, reforzar los logros y el empeño, enseñar en positivo (evitando reproches y castigos).
  • Comprendiendo al menor: entendiendo que cada cambio conductual requiere un tiempo de instalación de la nueva conducta deseada. Entendiendo también que los comportamientos abusivos incrementan la impulsividad y por ello: “La habilidad de hacer una pausa y no actuar por el primer impulso se ha vuelto aprendizaje crucial en la vida diaria” (Daniel Goleman).

Ante las limitaciones en los servicios de educación, apoyo social y espacios de ocio es importante potenciar las dinámicas positivas y competencias familiares como principales factores de protección frente a los riesgos infanto-juveniles durante el aislamiento social.

Las estrategias poco efectivas de afrontamiento pueden generar un entorno inseguro para los menores y un mayor riesgo de resultados negativos. Las dificultades de comportamientos abusivos, persistentes, recurrentes o desadaptativos son conductas que se atienden y trabajan mediante intervención psicológica aplicando estrategias de afrontamiento y pautas educativas adaptadas a las demandas clínicas.

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