DESARROLLO Y BENEFICIOS DE LAS FORTALEZAS
La terapia suele ser vista como el
proceso para enfocarnos en aquellos problemas que afectan a nuestra vida
personal, pero existe una rama de la psicología enfocada al crecimiento
personal más que en la problemática de la persona. Esta rama de la psicología
es denominada psicología positiva. La psicología positiva parte desde el punto
de vista de conseguir los objetivos personales de bienestar, felicidad y
crecimiento. Esto nos ayuda a centrarnos en las fortalezas de las personas, para
usar la vía del reconocimiento de las fortalezas ya existentes y la puesta en
funcionamiento de las mismas en una variedad de ámbitos, que a veces puede ser
más útil, que el hecho de centrarse en los déficits o características negativas
personales.
Las fortalezas son factores virtuosos
de personalidad que se manifiestan en los comportamientos de las personas que “son
buenas por sí mismas”, contribuyendo al bienestar y a la satisfacción vital. Las
fortalezas son también puntos fuertes de la personalidad que se pueden
entrenar y por tanto, son maleables y cambiantes. Por ello, la puesta en
práctica deliberada y consciente de las fortalezas en nuestro día a día nos va
a permitir profundizar en qué necesidades básicas tenemos como personas y qué
objetivos fundamentales poseemos sobre nuestra de vida.
Algunas de las fortalezas que
podemos encontrar en las personas son: creatividad, curiosidad, valentía,
persistencia, vitalidad, amor, inteligencia social, sentido de la justicia,
liderazgo, compasión, gratitud, espiritualidad…
La terapia puede ser también el lugar donde reconocer e impulsar estas
fortalezas.
Es por ello, que el conocimiento
individual de cuáles son las fortalezas personales de cada persona puede
aportar beneficios, que pueden reflejarse a través del uso cotidiano y en la
puesta en práctica de las fortalezas de cada persona:
- Fomentando el sentido de la
propia personalidad, de la identidad y autenticidad. El conocimiento sobre las
fortalezas personales ayuda al autoconocimiento, conociendo a la persona la
posibilidad de obtener un autoconcepto basado en características realistas y
positivas.
- Aumentan la satisfacción vital,
la autoestima y afecto positivo; y decrece la aparición de depresión y estrés.
El aumento de estas variables en la vida de la persona, puede producir un
efecto de decrecimiento de
- La percepción de crecimiento
personal psicológico tras un suceso adverso. La percepción de estos conceptos
sobre la persona puede ayudar a ver aquellas características individuales que
posibilitan la resolución de problemas.
Para beneficiarnos de las
fortalezas personas es necesario seguir unos pasos previos. La toma de
conciencia sobre cuáles son nuestras fortalezas es uno de los primeros pasos,
“conocer nuestros puntos fuertes”. Después podemos reflexionar sobre las
experiencias pasadas y del presente que relacionamos con estas fortalezas (por
ej. Me costó mucho esfuerzo poder realizar los estudios que quería, por lo que
la persistencia y la constancia me ayudaron a ello). Cuestionar también en qué
momentos del presente seguimos utilizando estas características positivas de
nosotros mismos, y cómo nos han ayudado a avanzar en el pasado. Finalmente,
cuando hemos identificado cuáles son nuestras fortalezas podemos ponerlas en
práctica. Seleccionar una actividad de interés donde desarrollar de forma
consciente una fortaleza, previamente elegida, puede ser una ayuda para
impulsar esta fortaleza.
Tomar conciencia sobre nuestras
fortalezas y ponerlas en prácticas es un proceso que puede resultar complicado,
pero con la ayuda de la psicología positiva podemos desarrollar estas
habilidades para mejorar el bienestar.
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