jueves, 9 de marzo de 2023

Gratitud

Sentir la gratitud

        Desde un punto de vista individual, la gratitud es una fortaleza de los seres humanos. Se definiría como un sentimiento de asombro, agradecimiento y apreciación por un beneficio recibido, que se produce cuando se percibe que otra persona nos ha obsequiado con una cortesía y una ganancia determinadas. La gratitud también es una experiencia agradable y placentera que está asociada a la felicidad y a la esperanza.

        La gratitud desde la orientación de la psicología positiva supone reconocer y apreciar los elementos positivos de la propia vida, y es una característica personal digna de ser entrenada y practicada de forma cotidiana, ya que nos sirve para incrementar la propia sensibilidad y conciencia hacia aspectos reforzadores y positivos del entorno y de uno mismo. La gratitud puede parecer una característica individual de las personas que surge de forma espontánea, pero en realidad, es un ejercicio que se entrena con la práctica. Desde esta orientación la fortaleza de la gratitud es vista como un factor de protección frente experiencias adversas o sintomatología depresiva.

        La gratitud es una forma de focalización en aquellos sucesos que nos resultan agradables o que no prestamos atención en el día a día, y así también es de gran ayuda para no dejarnos llevar por los sesgos atencionales que nos hacen focalizarnos en las experiencias negativas. Los seres humanos tenemos la tendencia de centrarnos en aquellos sucesos que nos molestan o nos resultan desagradables para poder encontrar alivio lo antes posible, pero esto también puede hacer que nos pongamos unas gafas de cristales oscuros que nos haga ver la vida en blanco y negro. La Gratitud es una potente herramienta para focalizar la percepción en los buenos recuerdos vividos; recuerdos que están asociados a personas significativas. Esta centralización en los sucesos pasados positivos favorece un aumento del disfrute, de la valoración y de la satisfacción con la propia vida, incrementando la intensidad de dichos recuerdos al impregnarlos de emocionalidad positiva. La valoración y el disfrute insuficiente de los buenos momentos del pasado, así como un excesivo énfasis de las experiencias aversivas, son aspectos que socavan la serenidad, la felicidad y la satisfacción. 

        Además, la gratitud como emoción que es también puede proveer las experiencias vividas, mayor empatía a los gestos que realizan las demás personas, y después también a generar ambientes donde sean más recíprocos las actitudes altruistas. Aunque la Gratitud sea un estado afectivo agradable, en muchas ocasiones requiere considerables esfuerzos: las personas caemos en muchas ocasiones en etiquetar una gran diversidad de sucesos, personas o situaciones aptas para evocar en nosotros Gratitud como sucesos “normales”, “ni buenos ni malos”, no dignos de ser calificados como especiales, sino como estándares o eventos esperables. En otras ocasiones, las preocupaciones y obligaciones del día a día en nuestras vidas copan nuestra atención, no permitiendo una ocurrencia perceptiva a sucesos que podrían suscitarnos sentimientos de Gratitud.

E        n el blog de esta semana os queremos proponer ejercicios para potenciar esta fortaleza. Es importante que para realizar el ejercicio cojas papel y boli. Para ello, tomate tu tiempo y escribe sobre:

- 3 Eventos por los que estés agradecido/a del último año.

- 3 Situaciones que agradezcas de la última semana.

- 3 Cosas que puedas agradecer del día de hoy.

        Una vez lo hayas escrito, piensa cómo te sientes ahora. Seguramente los hechos no hayan cambiado el pasado, pero la sí las emociones que estás sintiendo. Desde el SPA animamos a la práctica de la gratitud en la vida diaria con estos pequeños ejercicios.

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